Es un acompañamiento que va más allá de lo mental. No solo trabajamos tus pensamientos, sino también tus emociones, tu historia, tus heridas y tu alma. Es una invitación a mirar adentro con amor, soltar lo que ya no va y reconectar con la persona que realmente sos.

El proceso tiene una duración mínima de 4 sesiones y un máximo de 8, aunque en algunos casos específicos puede extenderse hasta 10. No se trata de estar eternamente en sesiones, sino de acompañarte con claridad, profundidad y foco. Mi intención no es generar dependencia, sino que te lleves herramientas reales para seguir tu camino con autonomía, confianza y amor propio.

Eso va a depender de cuán cansado o cansada estés de repetir lo mismo una y otra vez. Este proceso no es mágico, ni inmediato, ni dependiente de mí.

Yo te doy las herramientas, te acompaño, te sostengo con presencia y amor, pero no materno el proceso: vos hacés el trabajo.

Cuando te animás a mirarte de verdad, a decir basta, y a dejar de esperar que las cosas cambien solas… entonces sí, empezás a sentir los cambios. Paz interna, claridad, límites con amor, relaciones más sanas y una conexión con vos misma que no sabías que era posible.

Los resultados no vienen por lo que te digo, sino por lo que vos hacés con lo que te mostré.

El precio depende del tipo de proceso que elijas (sesiones individuales, bonos de 4, 6 y 8 sesiones, mentoría, etc). Escríbeme y te cuento cuál es la mejor opción para ti. Siempre hay un punto de partida posible.

Recuerda que para recorrer un camino de mil millas lo más importante es el primer paso.